lunes, 9 de agosto de 2010

Más o menos así lo ví.

¿Y Alex Lora?

“Sabemos que está Alex Lora y queremos una negociación. Que nos permitan pasar a una cámara de T.V. y a una cámara de foto, una sola de cada una para que nos pasen la imagen a todos”.

Y es que nadie podía pasar, ni siquiera acercarse. La familia pidió privacidad y los reporteros nos quedamos afuera del salón, en los jardines de la Sociedad de Autores y Compositores de México, la SACM, donde velaron los restos de Roberto Cantoral.

A las nueve de la mañana se permitió el acceso de la prensa (sólo a los jardines, ya dijimos) poco a poco se congregaron cámaras, reporteros, micrófonos, grabadoras, tripiés y hasta escaleras de aluminio con las que los camarógrafos buscan lograr tomas libres de amontonamientos.

La información circulaba de boca en boca, los recién llegados recibían los pormenores de quienes habían arribado antes, “murió en Toluca anoche, lo trasladaron en la madrugada, tenía 75 años… lo van a llevar a Tamaulipas, están Manzanero, Felipe Gil, otro de la SACM que no sé cómo se llama, sus hijos, Itati? Sí sí está… Alex Lora también, yo ví su camioneta…”

Los carros llegaba hasta allí, donde los reporteros aguardaban, afinaban la vista, estiraban los cuellos para tratar de adivinar quiénes llegaban. Unos cuidan de los otros, si alguien se mueve bruscamente los demás reaccionan, si una cámara se adelanta, las demás la siguen… “¿quién es? ¿quién es?”.

José Alfredo Jiménez y su peluquín son abordados, dice algo sobre los “grandes compositores, los que hicieron época”, sonríe y entra al salón.

Ferrusquilla y su sombrero también son abordados, las preguntas se repiten: “¿qué significa ésta pérdida? ¿qué recuerda del señor Cantoral? ¿Cuál es su legado? Un hombre muy importante para el arte y la cultura ¿no?, ¿quién seguirá su labor? ¿Y como amigo señor?"Ferrusquilla con sombrero. “era muy bromista y cuando hice la canción La Ley del Monte, me dijo: ‘Pinche Ferrusquilla, cómo haces eso?”

Se dan algunos intentos por medio organizar las cosas. Los camarógrafos extienden una línea en el camino como comité de bienvenida, alguna reportera toma por cuenta propia la misión de ser la vocera y grita en cuanto reconoce a los que van llegando: “¡Luz María González, chicos!”, “¡El Gualas, chicos!”

Uno se da cuenta que no está en su fuente cuando esos nombres no le dicen nada, cuando las prisas y los empujones de los otros sólo los ve de lejos, cuando no le importa lo que digan y sólo mira sus piernas, sus vestidos, sus rostros, sus peinados, una vez que la maraña de brazos, reporteros y cámaras se disipa.

Los de seguridad ya están hartos, acostumbrados a otro ritmo, a otra manera de actuar, se han visto rebasados por la cantidad de autos y visitantes, por la cantidad y desorden de los reporteros que ya ocupan el sitio donde al principio llegaban los dolientes y ahora obstruyen la circulación de los carros. En los radios de los policías se puede escuchar “Hay un 2:13 en el jardín, ¿me copias?. Un fotógrafo que está donde no tiene autorización. Dile a la señorita que los de prensa no dejan que lleguen los carros” y otras indicaciones por el estilo.

Chicos, ya fui a hablar con el de Relaciones Públicas y va a ver qué se puede hacer con lo de Alex Lora, ...el maestro tenía 80 años, porque se ha publicado que tenía 75 y hasta 84, pero cumplió 80 en junio...” esto dice la mujer de prensa de la SACM que de buenas a primeras también se ha quedado fuera del salón y trata de dar información, lidia con los reporteros y lidia también con los policías. Insiste en que todos somos bienvenidos pero que no habrá acceso al Salón, “la familia así lo decidió” y termina pidiendo cambiar sus botas por unos “zapatos bajos”.

Los carros continúan llegando, a veces la expectación es efímera cuando la vocera grita “Son familiares” y el grueso de los ahí presentes se desanima, regresa a sus puestos o a retomar las pláticas que interrumpieron brevemente.

Otras veces no falta quien pregunta: “¿Quién es?” y la respuesta es automática “El hijo del papá”.

Del otro lado, de los que llegan; hay quienes al ver a los reporteros y a tantas cámaras no reprimen un gesto de expectación, esperando ser abordados y luego una leve mirada de frustración al darse cuenta que nadie les hace caso.

Mientras más reciente, elegante o aparatoso el carro, más movimiento se percibe entre la prensa, los otros, los que llegan en autos medianos o en taxis, apenas y merecen alguna mirada.

Uno confirma que no es su fuente cuando la llegada de Emanuel y de su hijo no le emocionan, cuando ve correr a todos, empujarse, estirarse para grabar el testimonio de los cantantes, uno confirma que no es su fuente cuando no puede reprimir un “¡Chale!” dirigido a todos y a nadie.

El abanico de cámaras en sus respectivos tripiés no dura mucho, apenas se acerca alguna celebridad se generaliza la petición. “¡Dejenlo llegar!, ¡no caminen!, ¡reporteros quietos!, ¡Acá, acá, que llegue hasta acá!”, que no tiene ningún efecto porque ya alguno se adelantó, otros le siguieron y todos se fueron encima, obligando a los camarógrafo a reacomodarse y echar mano de sus escaleras.

Todos con celular en mano, algunos pasan adelantos, dictan sus notas, ofrecen detalles de lo que viene después, se disculpan ante amigos o familiares de no poder acudir a algún compromiso porque les "tocó la guardia y salió esto".

“De cuatro a seis en Bellas Artes un homenaje, luego regresa acá, lo creman mañana. No, quita eso, tenía 80 años, seguimos esperando a Alex Lora”

Johnny Laboriel llega y antes de que la prensa pudiera reaccionar ya está saludando a un fotógrafo, “Hola estoy de luto” y muestra el color de su piel. María Victoria muestra su congoja pero se detiene el tiempo que los reporteros lo solicitan. Silvia Pinal desde su auto ofrece alguna declaración y luego de camino hacia el salón la masa se agrupa en torno a ella, pero es breve, atiende con resignación pero con parquedad.

Un fotógrafo se asoma por la puerta de salida de los autos, ha sido expulsado por “no respetar los espacios” ya no podrá entrar, pero no se quita el gusto de bromear: “Esto es un atropello contra los medios de comunicación”.

“Chicos es oficial: No vino Alex Lora”, uno de los últimos gritos de la vocera improvisada.

Más tarde en Bellas Artes me desengaño, tampoco acá hay prensa cultural, sólo el Canal 22 y el propio Conaculta. El resto es de espectáculos que esperan fuera del Palacio la llegada de la carroza, luego entran atropellándose y buscan el mejor lugar, la mayoría acaba subiendo al primer piso.

Mientras alguien nos da cátedra de la obra de Cantoral y tararea algunas de sus canciones o defiende al Príncipe de la canción sobre otros de sus intérpretes,, observamos que no hay bocinas ni micrófonos, habrá que ir a buscar las entrevistas.

Aplausos y la versión instrumental de El Reloj, de Yo lo comprendo, de El Triste entre otras; son el marco para las guardias de honor que se van sucediendo en torno al féretro. También en torno a éste desfilan unas 250, 300 personas del “público” lo que algunos describirán como “admiradores” y nosotros simplemente pensamos “curiosos y ociosos”. Muchos con niños pequeños, aún de brazos, que seguramente estarán muy conmovidos por la muerte del “Maestro”.

De pronto nos sorprende en esa fila el Maestro Sergio Cárdenas, Director de Orquesta; nadie le hace caso. Más tarde y también haciéndose pasar como “paisano” el compositor y cantante “Reyli”, entonces sí reaccionan los de espectáculos y le llaman y hasta le gritan para pedirle una declaración.

Sugerimos que en una de ésas el cuarteto que interpreta las melodías, se eche una de Manzanero a ver si alguien reacciona, sugerimos que a partir de ahora ya abran las puertas de Bellas Artes a todos los muertos y entonces los que de veras valen la pena los lleven a la Sala Nezahualcóyotl que todavía no pierde su prestigio.

Yo sugiero que para la otra si venga Alex Lora con Chela o sin ella.

Los del 22 me sugieren que los acompañe a la inauguración del Congreso Internacional de Mayistas en el Palacio de Minería y yo me sugiero lo mismo, al menos allí sí estará mi fuente.

eneldosmildiezellunes9deagostoundíadespuésdeloquesecuenta

No hay comentarios:

Publicar un comentario